jueves, 4 de enero de 2018

הקהילה מזמינה אותכם להשתתף בתפילות בשבתות ובחגים
                                     
    7:00 pm -  קבלת שבת
8:00 am -   שחרית בשבת
 5:00 pm -  מנחה בשבת
                                          6:45 Pm -   ערבית והבדלה


     יש בקהילה אוכל כשר למהדרין. אפשרות למשלוח למלון   .רק להזמנות עד השבוע לפני

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הרב יהויכין מונטויה


רב ראשי של קארטחנה

viernes, 1 de julio de 2016

CENTRO ISRAELITA SEFARDI DE CARTAGENA

servicios sinagoga en shabat

kabalat shabat 7:00 pm

shajarit shabat 8:00 am

minja shabat    5:00 pm

Havdala           6;45 pm


SERVICIOS
comidas casher: (minimo 3 personas) . Hacer pedido con tres días de antelación.
venta de pollo kosher
venta de carne kosher.

eventos
bar mitzva
matrimonios

viernes, 7 de marzo de 2014

Curación de las Almas – Comentario a la parashá de Vaikrá

Por Rabino Nissan Ben Avraham14959M
El motivo de los sacrificios en el Templo
Nuestros Sabios indican que ya el primer hombre, Adam, prototipo del género humano, ofreció un sacrificio al Creador cuando fue consciente de su creación, aprendiéndolo en el tratado de Julín (60a) y en el Yalcut Shim’oní, de un versículo en los Salmos (69:32). Lo mismo hicieron sus dos hijos, uno de los cuales fue aceptado mientras que el del otro fue rechazado, causando una envidia mortal. Después de ellos, vemos que también Nóaj (Noé), al salir del arca donde había estado encerrado durante el diluvio, ofrece unos sacrificios al Creador (8:20).
No encontramos otros sacrificios en la Torá hasta que llegamos a los patriarcas, que construyeron un total de siete altares, señalando en algunos de ellos que servían para ‘invocar Su Nombre’ (cf. 12:8). Esta expresión significa que Abraham implicaba a las personas de su alrededor y no se contentaba con una operación particular.
El Sacrificio del Pacto
El gran ejemplo de ofrendas al Creador lo encontramos precisamente en el capítulo 24 del Éxodo (24:5), que según nuestra tradición acaeció en vísperas de la entrega de la Torá, cuando el Pueblo firma un Pacto con el Creador. En el libro de Números (28:6), explica que el sacrificio perpetuo, la ofrenda que se llevaba a cabo diariamente en el Templo, era como aquella ofrenda hecha en el Monte Sinai, significando que aquel compromiso tomado hace 3326 años sigue vigente mientras la ofrenda perpetua sea quemada a diario sobre el altar del Templo.
En el libro que comenzamos, el libro de Vaikrá, también llamado Torat Cohanim, o Ley de los Sacerdotes, normalmente llamado Levítico, vamos a encontrar muchos tipos de sacrificios. Algunos de ellos son ‘en nombre del Pueblo’, nacionales; mientras que otros son particulares, para expiar pecados cometidos o para agradecer los favores del Creador.
El Fuego Divino
El libro del Cuzarí explica que los sacrificios nacionales están destinados a permitir que la Presencia Divina resida dentro del Pueblo de Israel, al igual que la comida que tomamos diariamente permite alimentar el cuerpo para que el alma pueda residir dentro de él. Resulta que los sacrificios no son alimento para el Creador, que no lo necesita, sino para alimentar ‘el fuego divino sobre el altar’, la energía nacional necesaria para mantener la Shejiná, la Presencia Divina, dentro del Pueblo.
Esto implica que, desde hace ya más de dos mil años, carecemos de esta Presencia y nos parecemos a un enfermo ingresado en el hospital, en la Unidad de Cuidados Intensivos, o peor aún, como unos huesos secos, como dijo el profeta Yejezkel (Ezequiel 37).
Sacrificios particulares
Por supuesto, en los individuos que traen sus ofrendas al Templo puede haber diferentes intenciones.
Los tres primeros capítulos del libro de Wayicrá hablan de ofrendas que no implican de por sí una petición de perdón, ya que pueden ser voluntarias, por un voto o para agradecer unos milagros, unas bendiciones o unos favores recibidos de manos del Creador.
El primer capítulo nos presenta los holocaustos. Es esta una palabra griega que significa ‘completamente quemado’, ya que el sacrificio es consumido por completo sobre el altar, dejando tan solo la piel para los sacerdotes.
El tercer capítulo habla de un segundo tipo de ofrendas, los llamados ‘sacrificios pacíficos’ o ‘de paces’, términos que denominan que hay una correlación entre todos los participantes: el ‘dueño’ de la ofrenda, el sacerdote que la sacrifica y ‘el altar’, ya que cada uno de ellos recibe parte de la carne de la ofrenda.
Entremedio está el segundo capítulo que habla de ofrendas vegetales, normalmente de harina de trigo y dos de harina de cebada, que pueden servir tanto para sacrificios particulares como públicos, tanto para expiación de pecados como de agradecimiento. Hay diferentes tipos, según el modo de su preparación: harina cruda o panes cocidos al horno o sobre la sartén.
Errores y Culpabilidad
El cuarto capítulo trata de los sacrificios para expiar errores cometidos (“jatat”). Tanto el Tribunal (“los Ojos de la Congregación”) como el Sumo Sacerdote o el Rey pueden cometer errores, al igual que cualquier otra persona del pueblo. Por supuesto que el error de un particular normalmente no acarrea consecuencias tan graves como los errores del Tribunal, del Rey o del Sumo Sacerdote, por lo que el tipo de sacrificio y el modo de sacrificarlo van a ser diferentes. Para comprenderlo correctamente deberíamos investigar la ‘personalidad’ de cada uno de los animales: el buey, el carnero, la oveja o la cabra (o las aves que aparecen al principio del siguiente capítulo). Explican nuestros Sabios que con ellos se comprende el extraño acontecimiento que tuvo lugar con Abraham en el capítulo 15 del Génesis, cuando el Creador le ordenó partir en dos toda una serie de animales, que corresponden precisamente a las diferentes clases de ‘jatat’, como respuesta a la pregunta de nuestro Patriarca que presentaba la duda de si todos sus descendientes serían dignos de residir en ellos la Presencia Divina, y qué podría hacerse para expiar sus errores. La respuesta divina le mostró los diferentes tipos de ‘jatat’ que limpiarían las almas de los descarriados.
En el quinto capítulo, después de un nuevo tipo de ‘jatat’ que cambia según las posibilidades económicas del ‘pecador’ (5:1-13), vemos un nuevo tipo de sacrificio, el llamado ‘de culpabilidad’ (“asham”). Son pocos los ejemplos, ya que la mayoría de las trasgresiones cometidas intencionadamente no pueden ser expiadas por medio de sacrificios en el Templo, sino por medios mucho más drásticos.
En este capítulo vemos tres tipos de ‘asham’: el ofrecido por quien ha profanado un utensilio del Templo (5:14-15) y el ofrecido por quien ha perjurado sobre un dinero fraudulento (5:20-26). El tercer tipo de ‘asham’ es el ofrecido por una persona que tiene dudas sobre un posible error cometido por el que debería traer un sacrificio de ’jatat’, pero que mientras no esté seguro de poder ofrecerlo, trae el llamado ‘asham pendiente’, ya que su error no está aún ratificado.
Curadores de Almas
De todos modos, hemos visto que cuando una persona comete errores o negligencias, su alma queda gravemente perturbada y necesita un tratamiento psicológico (en el correcto sentido de la palabra, que significa: ‘anímico’ o ‘del alma’), que lo cure del trauma del pecado. Éste es el tratamiento que le proporciona la ofrenda de los sacrificios, en manos de unos sacerdotes que saben encauzar las fuerzas espirituales y que están especializados en la restauración de las almas estropeadas.
Cuando este proceso no es llevado a cabo correctamente, la persona arrastra el lastre de sus errores a lo largo de su vida, llevándole de trauma en trauma hasta que enloquece o hasta que se vuelve impasible a lo que le ocurre (que es una locura más grave aún).
El trabajo de los psicólogos modernos intenta llegar, con medios que están muy lejos de ser perfectos, a la reparación de las almas, pero les falta conocer la dimensión de la culpabilidad moral, de la relación entre el pensamiento y las acciones, el optimismo de la Torá sobre las posibilidades de recuperación. Por ello, y por mucho más, nos es muy urgente la reconstrucción de nuestro Templo, cosa que no podrá llevarse a cabo mientras la mayoría de nuestro pueblo esté en la Diaspora.

domingo, 17 de noviembre de 2013

JANUCÁ EN CARTAGENA 2013.

JANUCA EN CARTAGENA
Desde la noche del 27 de noviembre estaremos encendiendo todas las noches la janukia en el parque de manga., a la bajada del puente roman.


Es una celebracion en familia.


jueves, 10 de octubre de 2013

KASHRUT EN CARTAGENA.

El Kashrut es muy importante en la mesa judia. Son preceptos y leyes ancestrales que durantes siglos se han cumplido en la alimentacion judia. Abarca muchos aspectos y momentos de la cocina desde la seleccion del producto, su manera de prepararlo y servirlo. En todos los pasos se cumplen estrictos conceptos muy saludables para la persona que los consume.
Merkas Israeli Sefardi brinda la oportunidad en Cartagena hoy en dia de poder adquirir panes Kasher, los cuales se preparan bajo supervision.
A los que estan de paso por nuestra ciudad de Cartagena, tienen la oportunidad, de poder solicitar comida tipica cartagenera entre otros platos, preparada bajo normas del kashrut.

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